Rolex Sky-Dweller Oyster, 42 mm, oro blanco

El nuevo brazalete Oysterflex del Sky‑Dweller, desarrollado por Rolex y patentado, ofrece una alternativa deportiva a los brazaletes metálicos. La unión entre la caja y el cierre Oysterclasp está completamente asegurada por una lámina metálica de una aleación de titanio y níquel, lo que garantiza una gran flexibilidad. La lámina está sobremoldeada con un elastómero negro de alto rendimiento que resiste particularmente bien a las agresiones ambientales, posee una gran duración y es totalmente inocuo para el usuario. Para aumentar la comodidad, la cara interna del brazalete Oysterflex está provista de un sistema patentado de «cojines» laterales que estabilizan el reloj en la muñeca. Este brazalete está equipado con un cierre Oysterclasp en oro blanco de 18 quilates. Dispone asimismo del sistema de extensión Rolex Glidelock, desarrollado por la marca y patentado. Este ingenioso mecanismo de cremallera, integrado en el cierre, permite un ajuste preciso —sin necesidad de herramientas— de la longitud del brazalete de unos 15 mm en incrementos de aproximadamente 2,5 mm.

Rolex cuenta con su propia fundición, lo que le ha permitido crear aleaciones de oro de 18 quilates de la más alta calidad. Según la proporción de plata, cobre, platino o paladio, se obtienen diferentes tipos de oro de 18 quilates: amarillo, rosa o blanco. Son elaborados exclusivamente con los metales más puros y sometidos a las más meticulosas inspecciones en un laboratorio interno con tecnología puntera, antes de formar el oro y con la misma atención que se presta a la calidad. El compromiso de Rolex con la calidad empieza desde el origen.

Un triángulo rojo fijo invertido en la esfera señala la hora de referencia —la hora del lugar de origen o del lugar usual del trabajo del propietario— en el disco de 24 horas descentrado. De un solo vistazo, esta visualización de 24 horas distingue claramente las horas del día y las de la noche en el otro huso horario. Sus esferas pasan a estar dotadas de índices de las horas rectangulares y de agujas alargadas, así como de una visualización Chromalight con luminiscencia de larga duración, con el fin de mejorar más aún su legibilidad.
Un rectángulo de color rojo oscuro en una de las 12 ventanas sobre la esfera indica el mes en curso, una característica propia del calendario anual Saros. Este ingenioso mecanismo simplifica la vida del usuario del reloj, que no ha de preocuparse de modificar la fecha al final de los meses de 30 días. El calendario anual da la fecha correcta a lo largo de todo el año. Sólo necesita ajustarse una vez: el 1 de marzo (ya que el mes de febrero cuenta con 28 o 29 días). La fecha está conectada a la hora local y cambia automáticamente en función de la hora local del viajero.